Dia del Barro, Semana de la Fertilidad, Estación del Fuego 1617
Día del Hogar, Exaltación de Mahome. Las mujeres encienden sus fuegos al alba y doman bestias rebeldes mientras los hombres preparan un festín.
En la Estación del Fuego, cuando se han cumplido con las siembras y los rebaños han pastado, durante la Semana de la Fertilidad los Orlanthis de todas partes celebran los tres días del Fuego: en el Día del Barro festejan el Día del Hogar en honor a Mahome, que es el Fuego de las Mujeres, y dos días más tarde, en el Día del Sol Victorioso, se dedica a Elmal, que fue la Luz en los Días de Tinieblas.
En estos días se encienden hogueras al Amanecer y se queman sacrificios, usando las cenizas que quedan en las frías piras para dibujar los sagrados símbolos. Cuando los días Sagrados han pasado, y como es costumbre en la parte más al sur del Reino de Sartar, se celebra el Mercado Solar.
Mercaderes, comitivas y gentes de las tribus Lismelder y Colymar se encuentran en esas fechas en Punto Pato para comerciar, acordar matrimonios, beber, pelear y en definitiva hacer las cosas que el pueblo de Sartar hace cuando está ocioso.
Dia del Fuego, Semana de la Fertilidad, Estación del Fuego 1617
Día del Sol Victorioso, Exaltación de Elmal. Los elmalitas encienden al alba efigies que representan los enemigos del dios y se mantienen encendidas todo el día. Se elevan sacrificios y con las cenizas se dibujan símbolos protectores contra la oscuridad.
Entre las comitivas de los Arnoringas, Ernaldor, Hiordingas, Buenaespada, Lindemarisma, Lonendi y muchos otros, hay también una comitiva del Clan Orlmarth, que tiene sus tierras entre el Rio Nymie y las Crestas Fuegoestrella.
Entre los miembros del clan Orlmarth que van al mercado hay cuatro que merecen especial atención. Ya desde sus ceremonias de adultez, dijeron los sabios de estos cuatro que estaban destinados a grandes cosas, fueran estas buenas o malas, y se contaban entre aquellos que las jóvenes del clan miraban con ojos de buscar un compañero y los mayores del clan miraban con ojos de buscar su relevo.
El primero de los cuatro va Hendrick Saltaalto, con su lanza al hombro y lanzando sonrisas y guiños a las mujeres con que se encuentran, que de tanto en tanto se gira para hablar con su primo Tonalang que tira de las riendas de una enorme semental.
Tonalang es el mejor criador de caballos del Clan, dicen algunos bendito por Redalda Madre de Caballos pues sus potrillos y potrancas siempre son fuertes y saludables. Van los dos primos rodeados por un grupo que discute sobre los sementales de lucha que competirán esa noche, pero Tonalang sabe que su estrella Cabalgaviento será el vencedor incluso contra el mejor caballo de su rival, Egrost Hodirson del Clan Perrogris.
Runas de Redalda, Madre de los Caballos
Los Perrogris son antiguos enemigos de los Orlmarth por unas disputas sobre los pastos en lo alto de las Crestas Fuegoestrella y cada oportunidad de darles una lección es bienvenida entre los hombres del clan.
El segundo de los cuatro es Rurik Acicalado de pelo negro como un cuervo, que viaja cómodamente echado a la sombra en un carro tirado por bueyes y cuidando que sus elegantes ropas no se manchen ni se arruguen.
El tercero de los cuatro es Orlev el Aprendiz, de alborotada melena pelirroja, que arroja sombra sobre aquellos a quienes se les considera altos y carga enormes fardos en sus anchos hombros.
El cuarto de los cuatro, apartado del grupo y sin hablar con nadie, es Kudash Lenguaardiente. Sus rubios cabellos brillan bajo el sol, y a su paso se levantan brisas cálidas ya que es un Sezing, un hombre medicina kolatino y los espíritus umbroli lo saludan como a un lejano pariente.
Kudash y Orlev son hermanos, adoptados por la familia Argrandson muchos años antes, aunque sólo el corpulento pelirrojo ha seguido los pasos de su familia y ha aprendido el arte de los forjarrojo, los herreros del bronce, aunque todavía le queda mucho por aprender.
Sombrios pensamientos preocupan al casi lampiño shaman pues nadie ha visto o sabido desde semanas antes de su tutor, el excéntrico Farad Ojoausente, y los espíritus no dan sino extrañas indicaciones “De Farad sabrás si buscas en el lugar más oscuro”.
Poco a poco los grupos de diversos clanes convergen en Punto Pato. Es en estos días más largo el camino para los Hiordingas, Ernaldor, Arnoringas y Orlmarth, ya que antaño el Mercado se celebraba en Vado Graznido justo al sur del Valle Nymie y punto de paso hacia el Condado de la Cúpula Solar, que también enviaba gentes al Mercado, pero desde los días de la primera Cacería de Patos y de que los oficiales lunares y miembros de clanes que se habían vendido a los lunares infestaran el lugar, el Mercado se había celebrado en este lugar.
Punto Pato es una localidad ribereña, con chozas y casas de estilo orlanthi pero a menudo construidas sobre pilares de madera para sobrellevar las crecidas del Río Arroyo y la aldea se extiende tanto por tierra como sobre el río ya que muchos de sus habitantes viven en barcazas y casas flotantes. Recibe el nombre de Punto Pato pues es una ciudad habitada por los durulz, llamados patos por los ignorantes. Son los durulz un pueblo malhumorado, hábil en el comercio y sin paciencia para los insensatos. Sus barcas y barcazas traen mercancías de lugares lejanos a la orilla de los ríos, y es por ello que los orlanthis esperan con ansia comerciar con ellos.
Entre el tumulto de puestos y tienduchas que levantan sus lonas de colores y exponen aquello que traen para comerciar, Orlev ayuda a su padre adoptivo Hargal Argrandson a colocar su puesto, y sacan sus herramientas y exhiben aquellas piezas que han preparado y reservado para este día. El viejo Hargal Martillotorcido coloca el tablón colgante con el signo de sus oficio, mientras Orlev se inclina y soplando sobre los carbones los enciende usando su Magia de Fuego.
Runa de Gustbran el Forjahuesos
Simbolo de su culto de artesanos, los Forjarrojos, los Herreros del Bronce
Mientras Hendrick y Kudash se mezclan entre la multitud. El espíritu tímido de Kudash se compensa con la irrefrenable energía de Hendrick, que saluda por doquier a conocidos y extraños mientras busca un lugar donde comer beber y flirtear con alguna mujer. Su intención se ve casi cumplida cuando recibe las atenciones de una coqueta durulz, Dotti Ojostiernos pero el apuesto iniciado de Orlanth se aleja un tanto espantado, no sin llevarse antes un pellizco en las nalgas tras una conversación.
Mientras Hendrick habla con Dotti, Kudash Lenguaardiente busca en PuntoPato ese “lugar más oscuro” y se dirige a un túmulo en las afueras del poblado. Varios postes indican que es un lugar sagrado para Humakt el Sombrío, y junto a su entrada unas lonas resguardan del sol a un viejo durulz cojo, cubierto de cicatrices y con runas pintadas en su pico. Entablan el shaman y el durulz conversación pero este último no sabe nada del perdido maestro del sezing, aunque Quack leQuack como dice llamarse el durulz da buena cuenta del vino y las viandas con las que el muchacho orlanthi se gana sus palabras.
Mientras tanto, el astuto Rurik Acicalado corretea entre los puestos hasta que en uno ve uno de los sombreros picudos de punta enroscada característicos de los durulz del lugar, bellamente forrado de llamativo terciopelo. Llevado por su irresistible amor por los ornamentos y su paupérrima situación intenta escamotearlo con presteza usando su agilidad y su Magia de Yinkin, pero los poderosos conjuros de Proteger Mercado y Detener Ladronzuelos que el mercader ha puesto sobre sus pertenencias lo detienen en seco. Con áspera voz le increpa el legítimo dueño del sombrero: un mercader calvo y con barba prendida de canas. Rurik pone su mejor cara de “qué le vamos a hacer” y el mercader tras mirarlo fijamente le ofrece llevarse el sombrero a cambio de un futuro pago. Rurik acepta el ofrecimiento de Gringle Buentrato, pensando más en lo bien que le quedará el sombrero que en las consecuencias de aceptar tratos con desconocidos, y con un apretón sellan el acuerdo que deja una desvaneciente runa de Issaries en su palma, y un Juramento con Buentrato en su haber.
Magia de Issaries - Magia de Yinkin
Así entre risas y fiestas transcurre el día, y cuando el sol empieza a ocultarse tras las montañas del Espinazo del Dragón, se encienden las antorchas y se montan los corrales de pelea. Los hombres ya embriagados esperan ansiosos los combates y apuestan ovejas, ganado, plata y favores.
Hendrick sujeta a Cabalgaviento mientras Tonalang habla en voz baja con el semental y le da unas golosinas. Cabalgaviento piafa agresivo mientras Egrost Hodirson prepara a su semental Príncipe. Sus sobrinos Branduan y Finbar le ayudan a sujetar al brioso corcel, que cocea al aire.
Queda en poco tanto brío cuando, al soltarles las riendas en el corral, Cabalgaviento descarga coz tras coz y mordisco tras mordisco en el caballo del Perrogris, derramando su sangre. Embiste el caballo del orlmarthi con tanta fuerza que derriban parte del cercado y estan a punto de arrollar a hombres y mujeres, que intentan apartarse. Ante las bestias desbocadas, Orlev el Aprendiz se interpone y contiene a los dos caballos haciendo uso de su enorme fuerza, cortando el paso de Principe, que recibe una mortal coz de Cabalgaviento y cae derribado a los pies del forjarrojo. Los gritos de júbilo de unos quedan eclipsado por los de furia de otros que claman por que el herrero orlmathi se interpuso.
Todos felicitan a Tonalang por la victoria, mientras su semental sigue mordiendo al caído caballo. “Apartate bestia” grita el viejo Perrogris lleno de furia y con lágrimas en los ojos al ver el despojo que es su preciado corcel. Descarga un golpe con su fusta sobre Cabalgaviento, con tan mala suerte que la punta de bronce rasga la piel del semental dejando una terrible herida que sangra profusamente.
Tonalang, al oír los quejidos de dolor de su caballo, se abre paso entre la gente e insulta al Perrogris. Ergrost Hodirson responde a los insultos con otro golpe de su fusta, y un fuerte crujido y un chorro de sangre preceden a que Tonalang caiga como un fardo al suelo embarrado por la sangre y la cerveza , con los ojos en blanco.
Los ánimos estallan, y con un rugido se inicia una brutal pelea. Los clanes enemigos se enfrentan con puños y mobiliario como arma. Orlev derriba a los que le atacan como briznas, y Rurik esgrime una copa como espada y una silla como escudo, mientras Hendrick sujeta entre sus brazos a sus primo e intenta reanimarlo.
Los sobrinos del enfurecido perrogris sujetan al anciano, que se zafa de ellos y levanta de nuevo la fusta para volver a descargarla, pero Kudash llama a los Vientos Frente a Él que lleva en su Bolsa de Vientos y estos se arremolinan alrededor de la figura caída y de su primo. Cuando la fusta desciende, los tres perrogris son repelidos por los espíritus Umbroli, que agitan sus ropas y cabello, y atezan sus rostros.
Kolat, el Viento Espiritual
"¡Están usando magia!" Grita uno de los hombres de los Perrogris, que junto a otros dos corre hacia el shaman. Kudash Lenguardiente sopla con fuerza al Viento en Su Interior, su fetch, que rodea a los tres atacantes. El Viento Interior de Kodash es como el viento que sopla entre los arboles en un incendio, y arrastra chispas y ceniza que queman a los hombres y les ciega. "¡Están usando magia!" se vuelve a gritar.
Hendrick rodeado de los vientos ululantes, intenta contener el sangrado que arrebata la vida de Tonalang con su capa, y arrastra a su querido primo entre aquellos que luchan para ponerlo a salvo.
Los puños dejan paso a las lanzas, y el mobiliario a las espadas, y los gritos y quejidos se adueñan de la noche. Algunos puestos caen derribados, y los caballos de combate piafan y se encabritan entre el gentío. Por unos minutos se golpea, se lancea y se corta. La sangre de un bando y otro se derrama.
Un orlmarthi está a punto de descargar su espada sobre el cuello de un perrogris cuando dos mujeres se acercan y dejan caer sus chales sobre las armas, y dicen "Deteneos". Como si quemaran en su mano, dejan caer espada y lanza, y una de las mujeres se inclina para curar las heridas del caído Otras mujeres se interponen entre los que luchan y arrojan mantas, chales y tapetes sobre las armas y usando su Magia de Armonía y de la Tierra hacen que los ánimos se calmen. Incluso aquellos que luchan más encarnizadamente se apartan y guardan sus armas o las dejan caer, empujados por la poderosa Magia Femenina.
Dia del Viento, Semana del Inmovilismo, Estación del Fuego, 1617
Se celebra una asamblea en el Gran Salón Orlmarth, para discutir los eventos de la semana anterior. Nada suele pasar en esta semana, los ánimos a menudo son bajos. No es así esta vez.
Han pasado unos días desde el Mercado Solar. El altercado entre Orlmarthi y Perrogrises ha enturbiado la tensa paz entre los clanes, enfrentados desde hace más de un siglo. Se convoca una asamblea Tribal en Villa Elviejo, la tradicional tula del Clan Orlmarth, y los componentes del Anillo Tribal, que une al clan como un solo individuo discute que se debe hacer. Voces entre los Hermanos del Trueno reclaman que se busque venganza, otro reclaman que se exija el wergild correspondiente, otros que se busque una solución pacífica.
Gordangar Kenstrelsson, caudillo del Clan escucha a unos y otros, y cuando va a mediar en una solución es interrumpido por un frio viento que silba por entre los quicios de las puertas y las rendijas en las ventanas. Las dobles puertas de roble del Gran salón se abren de par en par, y una fría niebla se adentra y parece que los fuegos se atenúan. Hombres y mujeres retroceden espantados ante la tétrica procesión que entra con paso cansino en el lugar: los espíritus de los Ancestros de los Orlmarth. Sólo Kudash, en la esquina más alejada mira con calma a los espíritus.
Estos se detienen y golpean tres veces con sus espectrales armas los escudos. Tras esta demostración, se vuelven y tal como han entrado se van, llevándose con ellos la niebla. Los presentes se miran unos a otros, las palabras congeladas en sus bocas.
Gordangar se levanta, con gesto serio y adusto y proclama: "Nuestros antepasados han hablado. Habrá venganza" Y sus palabras parecen tener eco cuando las voces se elevan y corean: "¡VENGANZA! ¡VENGANZA!"
Aire, Muerte, Hombre
La Magia colectiva del Clan Orlmarth, su wyter proviene de la alianza con Orlanth, su espíritu guerrero a lo largo de su historia y la veneración a sus ancestros, que perseveraron contra todos los peligros.